Y el amor me atrapó en su frasco
y puso el tapón,
para que no escapase,
de su interior.
Anestesiada por su perfume,
caminé por el mundo,
con cara de felicidad, sintiendo
acorchada,
mi personalidad.
Flotaba, y los colores
brillaban intensos.
Sonreía, y me dolía la cara,
pero, sonreía.
El amor me conservó
en un frasco,
como a la mermelada,
dulce y empalagosa.
Rosa M.