A Fernando
¿A qué mar me llevas, Duero?
Qué surcarán tus aguas
cuando te pierdas mar adentro.
Podrán seguir navegando tus orillas
algunos cisnes negros, negros,
como mis penas, negras.
Será la mar océana tu cuna y la mía
su murmullo de olas rotas, nuestra nana
y la espuma, blanca, blanca,
cubrirá tus dulces aguas y, mis palabras,
dormirán para siempre confundidas, olvidadas.
¿A qué mar me llevas, Duero?
¿A qué playa?