El café se enfría en la taza
mientras las moscas
se pasean por la cara
e intentan
introducirse en la boca abierta.
La mente viaja al blanco impoluto
y se queda allí.
Algún día no regresará
a esta realidad de grisuras frías.
Y mientras, en la calle,
los charcos de lluvias pasadas
se hielan.
Rosa M.
Versos que no dejan la mente en blanco. Besos
ResponderEliminarMenudas moscas pegajosas, que hasta con el frío permanecen vivas.
ResponderEliminarMe encantas como enfocas una escena simple y sencilla, tan bien conseguida que he recordado lo que es tener una mosca puñetera dando la lata...
Feliz fin de semana Rosa :)
Hermoso, me gusta la cotidianidad con que expresas un sentimiento íntimo. Y me encanta la foto de la entrada.
ResponderEliminarrositaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa como tas
ResponderEliminarjjejejejej eres la leche de boba jorge