Tras los muros
se guardan los ausentes,
cincelados recuerdos
en la piedra fría.
Altos guardianes perennes
su sueño, vigilan.
Duermen,
apoyando sus blancas mejillas
en los brazos descarnados
de la parca altiva.
Ojos de cuencas vacías
observan silenciosos
el devenir de los siglos.
Guardados tras los muros,
los ausentes, aguardan.
Rosa M.
Nostálgico e inquietante.
ResponderEliminarSe pone el bello de punta, me ha gustado la manera que has descrito una realidad y por ello siempre he querido ser incinerada, no me gusta el frío.
ResponderEliminarescribes muy bien, Rosa.
Un abrazo
ROSA!!!
ResponderEliminarQue me había dejado atrás mogollón de entradas, menos mal que me he dado cuenta. Pues nada ya estoy al día.
No tengo perdón con lo que me gustan tus versos...
Un besote Rose :)